La saga de los Cuarón se expande como el Universo y ahora nos viene el hijo de don Alfonso con un thriller fronterizo algo rutinario, no nos vamos a engañar, pero efectivo y bien interpretado.

Este film ha disfrutado estos años de bastante fama a raíz de la victoria electoral de Donald Trump en las elecciones americanas y su empeño en construir un muro que separe la frontera mejicana de la estadounidense y su deleznable política de inmigración. La película nos cuenta cómo un gringo granjero y paleto se dedica a cazar a pobres inmigrantes que cruzan la frontera de forma ilegal como uno de sus principales divertimentos y seguramente pensará que le está haciendo un favor a su país. Dicen por ahí que estas prácticas, si bien no son habituales, al menos sí ocurren alguna vez que otra. A mí me cuesta trabajo creérmelo porque supongo que los americanos deben tener leyes contrarias a esas prácticas, digo yo. Pero tampoco pongo la mano en el fuego por ellos.

Así nos encontramos con una película del estilo del gato y el ratón; del perseguido y el perseguidor y hay que reconocer que entretener, entretiene aunque hay cosas que no entiendo muy bien en este tipo de películas que citaré en la zona spoiler. Por lo demás, eficiente Gael García Bernal y Jeffrey Dean Morgan da un poco de cangelo, como siempre que hace de malo.