La crisis de ideas que golpea la fábrica de los sueños está llevando a que ahora se hagan remakes de todo aquello que huela a éxito de hace veinte años. El cine de terror no se ha liberado de tal "honor" y en los últimos años nos han invadido con unas cuantas modernizaciones de clásicos como "La matanza de Texas" , "La última casa a la izquierda" o esta "Pesadilla en Elm Street". Lo bueno que tienen estos films es que acercan películas viejas a un público joven que no las ha visto y lo malo es que, casi siempre, destrozan el encanto de la original. Aquí hay más sangre, más asesinatos, más morbo, más efectos... en fin más de todo, pero no llega a crear el ambiente tenso que creó el original. Ni el gran Jackie Earle Haley con esa cara que, ya sin maquillaje, da un mal rollo que tira de espaldas supera al clásico Robert Englund (también hubiera tenido su punto Billy Bob Thornton como se rumoreó en el papel). Así uno se pregunta: ¿Por qué hacen esto? ¿Por qué no dejan los clásicos tranquilos?
Si no te gustan los refritos, no la veas. Y si no te gustan los refritos ni las pelis de terror (como a mí) huye despavorido, no cometas el error que cometí yo.