Hace unos años se estrenaron algunas películas que trataban la invasión extraterrestre de nuestro planeta (esta moda ha llegado hasta nuestros días). Así nos llegaron cintas "pro americanas" como "Independence Day" o esta "Mars Attacks!" de Tim Burton. Quien espere ver en esta película algo parecido ni por asomo al film de Emmerich está muy equivocado. Quizás esa sea la razón de su rotundo fracaso en Estados Unidos, tanto a nivel de público como de crítica.
En la película de Burton no hay ni por asomo ningún sentimiento patriotero, ni de alabanza de las fuerzas armadas americanas, ni de reconocimiento a su poderío militar. Más bien al contrario. Se trata de una parodia sarcástica de todos los campos de la sociedad americana: la clase política es retratada como pusilánimes sin mucho cerebro, los militares como bravucones que sólo piensan en disparar, los científicos como pedantes sin verdadera idea de lo que hablan, los periodistas como personas sin mucha sesera y sin muchos escrúpulos y los empresarios como seres avariciosos que sólo piensan en ganar dinero y los pacifistas como un poco memos. De esta forma, no es de extrañar que no gustara mucho la película en los Estados Unidos. Por lo demás, se trata de una película muy divertida, con momentos memorables condimentados con la personal estética de su director y todo ello aderezado con la personal bnda sonora de Danny Elfman.
El reparto está descacharrante. En la línea de la película, ninguno se toma muy en serio su papel, lo que hace que el tono del film sea inequívocamente desternillante. Jack Nicholson, en su última colaboración con el director, está sublime e hilarante como el presidente de los Estados Unidos, al igual que Glenn Close o Pierce Brosnan.
Habrá muchísimas personas a las que no les haya gustado la película, seguramente porque no respondió a sus expecativas. Seguramente esperaban una película de acción de las de toda la vida, pero Burton ofrece una farsa, una parodia de estas películas de extraterrestres (basadas en unos cromos de su infancia) en la que ni la política, ni el diálogo entre civilizaciones, ni el poderío militar nos salvará. Sólo nos salvará el amor*.
Una gran película de humor, no se debe esperar otra cosa.