Hace algún tiempo, en esta nuestra página de cabecera, titulé un film de esos que se basan en la extensa obra de Stephen King que el pobre autor de Maine no tiene suerte con las adaptaciones que se hacen de sus novelas (en la de "El cadillac de Dolan" fue): obviamente fue una exageración.

Fue una exageración ya que esta que nos ocupa no se trata sólo de unas de las mejores películas basadas en un relato de Stephen King ("La redención de Shawshank, para ser concretos) sino que se trata de una de las mejores películas que se han hecho, sin más, como bien demuestra el que sea una de las primeras clasificadas en valoraciones de los usuarios de esta página. Y es que tenemos que reconocerlo: es un peliculón. No recuerdo haber hablado con alguien al que no haya gustado este film y se ha convertido por méritos propios en todo un clásico.

Se trata de una adaptación muy fiel al relato de King, aunque en este, el personaje de Morgan Freeman era irlandés, si bien, no creo que nadie haya echado de menos el cambio. Es mejor así porque el papelazo que hace el bueno de Morgan es antológico. Desde el comienzo, la película te va enganchando, te va cogiendo de las solapas y no te va a soltar, con unos personajes que enamoran y una forma de rodar sin aspavientos, lo más clásica posible, con una voz en off que, lejos de molestar, te pone en situación y sirve como narrador de la historia.

Es imposible no empatizar con los personajes del film, desde el protagonista con ese déficit de empatía por su forma de ser tan hermética hasta el viejo bibliotecario que se encuentra institucionalizado en prisión porque ha pasado toda su vida allí. Todos los actores están espectaculares. Se nota el cariño y/o admiración del director por la obra del autor de Nueva Inglaterra, algo que ya se corroborará en posteriores trabajos de Frank Darabont como son "La milla verde" o "La niebla" basadas en sendas obras del escritor.

En definitiva, la he visto mil veces y, de cuando en cuando, me gusta revisitarla otra vez, porque es de esos films que nunca envejecen, que cuentan historias universales e imperecederas; no me canso de verla y siempre me termino emocionando con ese clímax y llorando en el final (ese Zihuatanejo que es la promesa de una vida mejor).

Un film redondo, sin duda