En el tercer episodio tienen encerrado a Drácula en una celda de cristal en el tiempo actual, pero alguien le ha dejado dentro una tablet con libros para que no se aburra. El conde adivina la clave del Wifi, todo un prodigio de la seguridad: DRÁCULA.

Sí, estás leyendo bien, tenemos a Drácula en una celda, con una tablet que para conectarse a internet tiene una contraseña pésima. El conde es tan listo que es la primera vez que ve un aparato así, pero se conecta y, ATENCIÓN, habla por Skype con su abogado, que aparece al ratito para sacarlo.

RIDÍCULO ES POCO DECIR.

NOTA: Voy a pasar incluso por alto el chateo de móvil entre Drácula y Lucy con sus emoticonos y todo. Y, como dije en la zona sin spoiler... el puto Drácula se hace un Tinder.