El cineasta norteamericano David O. Russell vuelve a contar con sus intérpretes habituales en este nuevo proyecto con el que busca seguir acumulando nominaciones en los Oscar. Un relato sobre el sueño americano a partir de las vivencias de Joy Mangano, toda una estrella de la teletienda.

En este filme O. Russell parece seguir buscando un camino formalmente más atrevido (algo que se intuía en La gran estafa americana), cercano a la abstracción en algunos momentos introvertidos de la protagonista. Estos momentos, en vez de dotar de riqueza al filme, rompe el tono y le da una fuerte irregularidad a un conjunto del que podría haberse sacado mayor provecho, dejando una fría sensación general.

Jennifer Lawrence es indudablemente lo más destacable de este decepcionante filme, encarnando a Joy con gran entrega y realizando una admirable encarnación como madre y mujer coraje. Una creadora que con ayuda de su padre (un buen Robert De Niro), la nueva pareja de éste (Isabella Rossellini) y el ex-marido de Joy y padre de su hija (Édgar Ramírez) acabará encontrando salida a su nuevo invento, la mopa. Un ejecutivo que lidera una cadena de teletienda le dará una oportunidad; ese ejecutivo es Bradley Cooper en un papel muy breve que le deja bastante mal parado.

Un filme que no llega a adentrarnos del todo con acierto, que peca de irregularidad y que da la sensación que podría haber salido mejor el resultado final, como si le faltara algo de cocción al producto. Además, aún siendo un relato sobre una fuerte mujer que encuentra su lugar en la teletienda y como vendedora de productos, la mirada al sueño americano es más conservadora de lo que puede parecer.

El Crítico Inquilino (elcriticoinquilino.wordpress.com)