Nos encontramos enfrente de otra comedia romántica que busca ser simpática y encontrar algún buen momento en sus líneas de guión pero que se atasca en la historia que trata y en su idea principal.

La reaparición en nuestras pantallas de una guapísima Michelle Pfeiffer es la mayor virtud de esta cinta, que no pasa la media del género llegando en momentos a ser insulsa y muy descafeinada; remarcándose esa sensación con el tono colorido y "happy" con el que se la dota visualmente.

Una película más de éste saturado género, que nos deja algún momento gracioso (la mayoría propiedad de Paul Rudd) y la maravillosa reaparición de Michelle Pfeiffer tras años sin verla en el séptimo arte. Para cuarentonas con alma teenager.