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Voto de Juanticristo:
8
8,1
114.120
Animación. Fantástico. Aventuras Chihiro es una niña de diez años que viaja en coche con sus padres. Después de atravesar un túnel, llegan a un mundo fantástico, en el que no hay lugar para los seres humanos, sólo para los dioses de primera y segunda clase. Cuando descubre que sus padres han sido convertidos en cerdos, Chihiro se siente muy sola y asustada. (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sensación que me ha dejado la película nada más verla es la de haber consumido un producto muy superior al que la animación japonesa nos tiene acostumbrados si bien no llega a ser la obra maestra que me habían dado a entender que era. Como siempre, un problema de gestión de expectativas que sólo solucionaré dejando de leer opiniones antes de ver una película.

Sin duda, la creatividad de este mundo creado por Miyazaki es una de las mayores virtudes que le encuentro a la cinta. Todo tipo de criaturas antropomórficas basadas en distintas deidades sintoístas del país del sol naciente, que al no ser japonés, me quedo con las ganas de pillar posibles referencias que me haya perdido. En cuanto al diseño de personajes me ha gustado especialmente la caricatura extrema de la vejez en el personaje de Yubaba o la fusión de mamífero y reptil asignando rasgos caninos a la forma draconiana de Haku.

Un tema que la película trata con gran acierto es el de la identidad. El monstruo sin rostro se obsesiona con Chihiro porque es la única en ese mundo que recuerda su identidad: justo lo que él no tiene. Es una masa informe que sólo emite gemidos, pero cuando absorbe a la rana se comunica con su voz y adopta una forma anfibia. No tiene identidad, precisa de la de otros.
También aparece este tema en el trabajo en el balneario, el cual va acompañado de la pérdida de la identidad. Yubaba borra de la memoria del trabajador su nombre auténtico y le otorga uno nuevo. Con mi escaso conocimiento del idioma japonés me he podido percatar de un detalle genial: el nombre de Chihiro está compuesto por los kanjis "chi" y "hiro", que significan respectivamente "mil" y "buscar/preguntar por". En la escena en que Yubaba le cambia el nombre a Chihiro, se puede apreciar cómo elimina el kanji "hiro" dejando únicamente "chi" (cuya lectura alternativa es "sen", el nuevo nombre asignado). Por lo tanto, no sólo la despoja de su antiguo nombre, sino que reduce su identidad a un simple número.

Otro punto fuerte es la calidad de la animación y el estilo de dibujo. Si no conociese la película de antes y me hubiesen dicho que es del 2014, me lo habría creído. A lo largo de la película he podido admirar la calidad de los paisajes, el coloreado, los sombreados, el nivel de detalle...

En mi opinión, lo que impide a El viaje de Chihiro alcanzar el sobresaliente es que en ocasiones la película se reduce a una sucesión de personajes y situaciones extravagantes. Cuando recuerde la película lo haré en su conjunto, pues no hay ningún momento concreto que haya sobresalido entre los demás. No hay diálogos ni tramas magistrales, es un cuento sencillo con mucha imaginativa y un potente simbolismo. Podría decirse que he echado en falta algo más en "lo que vemos", pero eso no me ha impedido degustar el caramelo de "lo que hay detrás".

Por último, considero que el mensaje de esta película (más bien los mensajes: el paso de la niñez a la vida adulta, la identidad, la crítica al materialismo y al consumismo desaforado...) es demasiado sutil para un niño y precisa de una capacidad de abstracción más desarrollada, por lo que falla en su intento de transmitírselo al público al que -en teoría- está dirigido. Un público que, sin embargo, disfrutará de la película como la aventura fantástica que es.
Juanticristo
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