Mi aproximación a esta película fue gracias a las recomendaciones de la propia Netflix basándose en todo lo que he consumido en esa plataforma. Eso unido al interés que me despertaba el nombre de Gary Oldman dentro del elenco me decidí a lanzarme al ruedo, y darle al play.

Esta historia no es original, yo esto ya lo había visto en un capítulo de Los Simpsons. Y allí la voz era la del gran Pierce Brosnan.

Quitándole ya la vitola de original a la historia, había que mirar los siguientes campos. Calidad visual, interpretaciones, coherencia y consistencia del guión. ETC......

Empecemos pues..... Visualmente la película es agradable, pero estamos en 2018 y sinceramente existe tecnología para hacer las cosas mejor, está claro que es un producto para TV (en este caso plataforma de streaming) pero leñe es que hay momentos en los que da la sensación de que un Sharknado o un Lavalantulas vs Pirañaconda van a verse mejor que esta peli. El robot matón es bastante simplón y visualmente cutre. Las micro chachas voladora son drones de los chinos (siendo benévolo).

¿Y las actuaciones?. Teniendo en cuenta lo escueto del planten decir que lo mejor de la película es la voz del siempre magnífico Gary Oldman es para hacer que el resto de actores se piensen si se deben dedicar a esto. Maika Monroe no logra que empaticemos con ella, y Ed Skrein es poco más que la pose de un tipo de gimnasio, no genera ningún tipo de temor en el espectador.

¿El guión?. Bueno, se trata de una idea poco original, de 97 minutos de duración y donde hay pocas opciones o prácticamente ninguna de meter la pata de una manera que haga que lancemos furibundos una silla contra la TV. Es un guión plano, sin profundidad alguna, ni en la historia ni en los personajes.

¿Pero hay algo destacable?. Si, lo hay, TAU, pero todo lo que se expone de él queda en un "lo que pudo ser y no fue".

La película cumple para entretenerte durante 97 minutos, pero no genera deseos de un revisionado ni a corto, ni a medio ni obviamente a largo plazo.