Visto el tráiler de esta nueva serie uno llega a la conclusión, puede que para algunos prematura, de que en España no hay extras. El escaso minuto de metraje adelantado ya muestra esa dejadez que caracterizó a tantas series de producción española en lo referente al vestuario y actitud de los muchos extras que intervienen. Soldados que parecen sacados la noche anterior de un botellón y que ni parecen saber qué hacen allí, esa falta de suciedad y de olor a rancio que si impregna otras series no nacionales y que sirven para crear atmósfera. Ese vestuario de los extras que huele a nuevo a pesar de intentar pasar por viejo y lucen colores industriales, esa falta de interés en recrear lo que está en segundo plano llenando algunas escenas de personas que simplemente deambulan. Ya pasó con "Isabel" y sobre todo con "Las aventuras del capitán Alatriste" y al parecer seguirá siendo la pauta, no vayamos a hacerlo bien.

Después de ver el primer capítulo completo.

Realmente tengo serias dudas sobre qué he visto. Si bien los soldados junto a su ropa están más cuidadas que en "Isabel" me reitero en lo dicho con anterioridad, sobre todo en la escena de la emboscada de los lugareños, de pésima factura. Y esa orden a los soldados de "vosotros mirad enfadados todo el tiempo y mirando al suelo", bueno, solo señalarla, ya se resalta ella misma lo suficiente.

Es como si estuviese viendo tres obras en una:
-Una telenovela (apoyada por una banda sonora absolutamente redundante y casi ridícula) en la que los diálogos se repetían una y otra vez, en lo más obvio, "Carlos es extranjero, sí, lo hemos captado", "A Juana la llamaban la loca, sí... por algo sería". Y unos malos de folletín.
-Una serie de calidad en algunas escenas. Pocas y salteadas, como si ese día se hubiese encargado otro de la dirección y que corresponde por lo general a actores con más tablas. (véase las de Cuba por ser las más constantes) Y con una iluminación en la que a veces si parece un castillo y no un centro comercial.
- Uno de esos teatros rodados de la TVE, por la exageración en las expresiones de los actores, que bien se podría haber suprimido el sonido y comprendido perfectamente. Así como esos diálogos que casi siempre suenan a leídos y no sentidos o al menos con la impresión de ser propios. (Recalcar la escena de Juana la loca sostenida por los soldados, en la que eché instintivamente de menos que en ese momento cayera un telón)

La serie se puede seguir desde la cocina, que no es decir poco, pues no deja nada a unas expresiones que nunca contradicen lo que se dice sino que lo subrayan redudantemente, ya que supongo que por comodidad de alguien todos los personajes dejan claro, ya sea insultante para el rey o quien fuese, sus más ladinas intenciones. Y eso es un problema. Porque deja tan claro quien es quien, que las sorpresas que quieran guardar para el futuro simplemente no funcionarán, al menos más allá de lo que lo haría en una telenovela. Y uno sabe que los españoles somos más o menos pasionales, pero también sabemos tener dos caras, ser discretos e incluso a riesgo de sorprender a los guionistas: astutos.
Por lo demás, qué decir que no hayan visto otros: sobre actuación, mucha y variada. Actores veteranos a los que no aguantan el nivel los jóvenes y algunos jóvenes que se comen a los que se consideran veteranos.
Sigue faltando ambientación y eso que esta serie ha ganado y mucho comparada con "Isabel".

Álvaro Cervantes como protagonista aún tiene tiempo de acomodarse al papel en el que parece no sentirse muy a gusto, no como Laia Costa que desde el primer momento si encaja en su papel como si su condición fuese algo habitual en ella. O como Jose Luis García Pérez como Hernán Cortés y Ramón Barea como Fadrique de Alba, u otros más en los que uno ve al personaje y no al actor luchando con mayor o menor fortuna por ser creíble.
Le subo la nota a 7 por las estupendas actuaciones de parte del reparto y por las mejoras en ambientación con respecto a su antecesora.