El dúo francés formado por Oliver Nakache y Eric Toledano, autores de cintas como “C’est la vie”, “Samba” y “Intouchables” (Intocable), se embarca a un nuevo proyecto en el que se adentra al mundo de los niños y adolescentes autistas, y aquellas organizaciones encargadas de darles un cuidado y un sitio en esta sociedad. En ella, Bruno y Malik son dos amigos que durante 20 años, y mediante dos organizaciones sin ánimo de lucro, se han dedicado al cuidado de niños y adolescentes con problemas de autismo. A su vez, forman jóvenes marginados y sin recursos para dedicarse al cuidado de los casos más extremos. De esta manera, crean una asociación poco tradicional y especial para el cuidado de personas extraordinarias.

Nakache y Toledano crean un docudrama social con el que reflejar la cara más dura y realista del autismo más severo y agresivo, el día a día de una lucha constante de integración social contra una sociedad ciega, prejuiciosa y descuidada. Una forma de vida apoyada por escasas organizaciones que no pretenden adaptar al usuario con diversidad a esta sociedad, sino adaptar aquello que le envuelve a su percepción. A su vez, explora de manera secundaria la relación de las personas marginadas e invisibles de los suburbios con las personas autistas, encontrando ciertas semejanzas y fortaleciendo así la unión.

Para hacer un relato más verídico, los directores se han sumergido en el seno de las asociaciones para crear un guion nutrido por las propias experiencias que vivieron a diario, volviéndose así de un deseo intenso a una necesidad explicar y narrar esta película. A su vez, cuentan con un reparto encabezado por diferentes actores con problemas autistas, quienes han luchado contra sus condiciones y sus pautas para hacernos llegar éste retrato del mundo que les rodea. Logrando así un retrato realista, sin dulcificar ni filtrar, contado con veracidad, sinceridad y sentimiento.

Como ya nos tienen acostumbrados la música juega un gran peso, esta vez de la mano de “Grandbrothers”, persistiendo y predominando las diferentes y preciosas composiciones de piano.

Un retrato de lo distinto que abraza con fuerza el realismo, mostrándose discreta y cotidiana, pero muy bien narrada. Una película con un toque personal, simpática, emotiva, dura y denunciante, con la que Toledano y Nakache hacen de ella toda una lección de inclusión social.