Grotesca, gamberra y sobre todo divertida. Algo que no me esperaba antes de empezar a ver "Benedetta", de la que creí que seria una película más trascendental acerca de la exploración de la represión de los deseos y su avenencia con la moralidad del pecado. Ni de lejos. Es una película que trata sobre la corrupción en un convento de Pescia en el siglo XVII, pero lo hace a través del erotismo y la lascivia, del humor cáustico y la extravagancia. Me gustó gratamente la sorpresa. Aún así tiene un desarrollo un poco irregular, sus giros de guion permanentes me desconciertan y acaban lastrando el realismo de la historia. También las eventuales sobreactuaciones de Virginie Efira, que me dejan estupefacto y sorprendido a partes iguales. Si a esto le sumamos un guion que apuesta más claramente por el jolgorio que por seriedad, el resultado es un cine casi con toques de serie B, pero que entretiene y confunde, por su ritmo endiablado y sus provocaciones permanentes. Al fin y al cabo, como dijo Goethe, “Los pecados escriben la historia, el bien es silencioso.” ¿no?