Biopic del mítico cantante Ray Charles Robinson centrada en los comienzos de su carrera y en los años más álgidos de la misma, en el máximo de su fama y su adicción a las drogas.
Ray Charles, para los que nunca oyeron de él, fue uno de los cantantes más importantes de blues de Estados Unidos y a nivel internacional. Durante las décadas de los 50, 60 y 70 Ray tuvo un éxito extraordinario vendiendo millones de discos y llenando estadios en cada uno de sus recitales, pero como les ha ocurrido a varios artistas cayó prisionero de la adicción a las drogas, con el deterioro físico y emocional que esto genera.
Si bien “Ray” no me pareció un gran film, me gusto porque tiene una virtud que la diferencia de otras películas de esta temática. Dicha virtud es que en esta biopic no se endiosa a su protagonista, tentación en la que han caído otros films de su estilo. Aquí a Ray Charles se lo muestra tal cual fue, con su enorme talento y sus virtudes, pero también con sus adicciones y sus defectos.
Otro punto alto del film, el más alto, es la memorable interpretación de Jamie Foxx. Lo que el actor logra aquí está al alcance de muy pocos, Foxx no imita ni interpreta a Ray sino que se convierte en él. Su sufrimiento ante los traumas que arrastra de su trágica infancia, su particular forma de caminar y de moverse, y el tono de voz que logra en las escenas musicales son un deleite y motivo más que suficiente para ver “Ray”.