En 1960 René Clement dirigió la primera adaptación de 'A pleno sol' la famosa novela de Patricia Highsmith sobre las andanzas de Tom Ripley. El filme catapulto la carrera de Alain Delon que, a priori, no parecía el actor más indicado para dar vida al personaje de Ripley aunque, lo cierto, es que su interpretación es magnífica y el filme una obra maestra.
La adaptación de Anthony Minghella 29 años después de la original, en cambio, cuenta con un casting que encaja a la perfección con los personajes descriptos en la novela. Matt Damon está más que correcto en la piel de ese personaje de aspecto apocado, tímido, con ese halo de perdedor nato, y orígenes humildes, experto en el arte de la mentira y la falsificación; y Jude Law parece haber nacido para interpretar, sin esfuerzo alguno, al rico y guapo Greenleaf. Sin embargo, Minghella comete el error de recargar la historia de modo excesivo convirtiendo lo sutil en grotesco (todas las escenas dedicadas a "sugerir" la homosexualidad de Ripley son, simplemente, patéticas). El director siente la necesidad de explicar tanto lo que se esconde bajo las decisiones de los personajes y lo que gobierna las relaciones entre ellos que todo el misterio y el interés se va dilapidando. Sin embargo y pese a esto último, “El talento de Mr. Ripley” es una correcta adaptación de la novela de Highsmith, aunque a mí en particular, me dejo un cierto sabor a poco, como que podría haber dado más, sobretodo en la segunda hora de metraje en la que el ritmo de la cinta decae con respecto a esa primera hora que si es vibrante.
Lo mejor del film sin dudas es la elección del elenco que se destaca como ocurrió en casi todos los films de Minghella (gran director de actores). Matt Damon como dije anteriormente está más que correcto en la piel de ese inclasificable Tom Ripley, Philip Seymour Hoffman (una garantía de actor) cumple en los pocos minutos que aparece, y Jude Law hace la interpretación de su vida en el papel de ese Dickie Greenlaff despreocupado, millonario y que solo quiere disfrutar la vida. Si la película decae en la segunda parte es porque su presencia en la primera parte es muy grande como para tapar su ausencia en la segunda.