Campeones es el ejemplo perfecto de película que a pesar de sus imperfecciones logra conmoverte por el poder, la cercanía y candidez de su mensaje. Fesser no edulcora en exceso una película que fácilmente podría haber caído en el sentimentalismo barato o en la banalización, evitando el estereotipo facilón y la excesiva victimización, pues es sabido que ante proyectos de estas características muchas veces se tiende al artificio efectista en esa búsqueda de la lágrima fácil y la emoción inmediata. La verosimilitud de su historia, el realismo con el que son descritos todos sus personajes y la acertada forma de conjugar el elemento dramático con el cómico hacen que Campeones logre su objetivo: reivindicar lo diferente como impulso motivador y generador de grandes hazañas.

Por lo demás, Gutiérrez continúa añadiendo a su filmografía títulos que no hacen otra cosa que demostrar que lo que le falta en altura le sobra en talento. La dirección de Fesser es correcta en el apartado técnico (la banda sonora a veces se mete con calzador) y muy lograda en lo que a dirección de actores se refiere.

Película necesaria y recomendable pues no sólo da visibilidad a un colectivo todavía estigmatizado en nuestra sociedad sino que además entretiene, emociona y te alegra el día.