Esto es un drama, sí señor. Esta película me hizo llorar varias veces... y no sólo por unas hermosísimas canciones de Bruce Springsteen y Neli Young, un guón muy logrado o una impecable dirección de Jonathan Demme, sino por la emotiva, realista y sobresaliente actuación de Tom Hanks.

Este actorazo se llevó uno de los Oscar más merecidos de los últimos tiempos. No tengo palabras para describir la impresionante actuación que ofrece en este film. Denzel Washington, condenado por la naturaleza de su personaje secundario mucho menos interesante que el de Hanks, hace una actuación magnífica manteniendo el tipo durante toda la película. Antonio Banderas hace un buen papel, aunque ciertamente este tan eclipsado por los dos protagonistas que pasa prácticamente desapercibido.

En resumen, una bellísima película que nadie debería perderse. Les aseguro que ablanda hasta el corazón más duro.