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Voto de Prudencio Hernández Jr:
6
Comedia. Drama. Romance Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro. (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con ésta buena película quedó demostrado que con el transcurso de los años, de las épocas, con los adelantos tecnológicos, con las posibilidades de gastar millones de dólares en una realización, con performance de mejor edición, de todas maneras, no se pudo igualar al cine mudo de los años diez y veinte, le faltó aquella frescura de los principios. La realización tiene todo para ésta época de pleno Siglo XXI, se le quitó el color y el sonido, y con eso se pretendió traer otra época en donde había esencias que aquí no se logran del todo, (como que le falta "alma"), y queda a medio camino en el formato, de todas maneras no lo llamaría fracaso sino un buen intento, un reto aún en el débito. Un argumento flojo, simplón, nadie se cree tanto sufrimiento de alguien por un cambio de cine mudo al hablado, eso sí suplanta las carencias con escenas exuberantes que no son de la era muda, por algo se le decía la época dorada del cine en plena creación en blanco y negro glorioso donde las escenas tenían autenticidad y plasticidad no lograda aquí. Esa mezcla de estilo y personajes hirió mortalmente a la película de creer (y pretender hacernos creer) que había en ella como un "homenaje", pero solo se logra un metadiscurso crítico de obras originales.
Indiscutiblemente está bien hecha, que engaña al ojo y llega por momentos a lograr algunos guiños con escenas rememoradas. Tiene hallazgos, no se le pueden negar, como pasajes de la actuación de Jean Dujardin en los momentos que se siente abandonado, pero a veces empalaga con sus tics recargados tratando de imitar, sin lograrlo, a actores de la flor y nata de aquellos años clásicos de puro cine mudo, pero su desplazamiento era muy seguro en la "realidad de su biografía" y hace creer, por fotogramas, que su figura se paseó por los años 20.
El film se deja ver, por momentos es entretenido, en otros trata de tocar el sentimentalismo del público, y logra también el elogio de la crítica y en festivales. Eso sí, si el espectador (sea crítico o aficionado) no está al tanto de aquellas producciones, o tiene una vaga idea por comentarios, doy fe que se cree la fábula de que en el 2011 pudo hacerse una película muda y en blanco y negro.
Al tributo hay que seguir buscándolo hasta encontrarlo.
Prudencio Hernández Jr
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