Verdadero porque es obvio que no se basa en lo material, ni mucho menos en lo superficial, claramente. Es un amor que se crea a base de conocerse, de ver qué hay dentro del otro ser que tenemos delante. Disney obró con ésta una de las mejores cintas de animación de todos los tiempos, tanto por su animación (ya que evidentemente solo la podemos comparar con las de la época), como por sus coreografías musicales genialmente realizadas y dobladas, como sobretodo por su mágica e impresionante historia con moraleja: lo importante está en el interior, como por sus simpáticos personajes. Personajes tanto principales como secundarios, ya que hasta nuestros amiguetes tetera, reloj y vela son de lo más amigables y enseguida nos ganan con su simpatía. Y por supuesto Bella, una chica que, pudiendo tener al más guapo, se va con el único que ha sabido ganar su corazón. También Bestia, un ser al que un hechizo cambió no solo su físico, sino también su ahora terrible carácter. Así, deberá cambiar y sensibilizarse, no ser tan terco, tosco y malhablado para ganarse a Bella y acabar con su maldición.