Una gran película bélica que retrata diferentes aspectos de la guerra del Vietnam a otras similares. En éste caso seguiremos a un batallón que está completamente rodeado y desperdigado entre ellos. No veremos grandes estrategias militares como en otras, o cómo los americanos dan "mandanga" a los vietnamitas, como suele ocurrir con casi todas. Aquí les veremos en apuros, perdiendo la esperanza, viendo cómo ellos ven caer a todos sus compañeros alderedor sin parar de pedir ayuda por radio. Y ahí está el Coronel que les comanda, interpretado genialmente por Mel Gibson, un hombre que cree fervientemente en lo que hace y que lo hace por su país. Un hombre que se mete el primero en la batalla y sale el último. Por ello no tengo que reprochar nada a su personaje, pero sí a sus ideas.

Y es que, aun siendo hombres valientes, también me resultan bastante ignorantes e imbéciles. Les veo celebrar por todo lo alto que les llaman a la batalla y pienso si están en sus cabales. ¿Celebras que vas a matar a otros pobres ignorantes?, ¿Celebras que vas a ver morir a cientos de compañeros?, ¿O celebras que tienes 2 de 3 posibilidades de no ver más a tu familia?, ¿Qué celebras, imbécil? Pero ellos creen en su patético país, ese que cada pocos años se inventa una guerra para ser más rico a costa de mandar más ignorantes a la muerte. Y ellos celebrándolo. No veo mal que un hombre defienda a su país si la causa es justa (casi ninguna lo es), pero en éste caso no defienden a su país, sino que destruyen otro. Para matar a otros y hacerlo con convicción, al menos debes saber por qué lo haces. El hecho de que más de la mitad fueran obligados a la guerra, no les obligaba de igual manera a celebrar esas muertes.

En cualquier caso, quitando esa idea super "patriota" de la cinta, me parece muy buena. Ojo, no critico en absoluto lo de patriotismo, sino la causa de las guerras.

Por otra parte, las escenas de las mujeres que esperan en casa me parecen muy bien retratadas. Creo que cuenta fielmente cómo ellas sufren también su particular batalla, la de esperar el taxi que traerá la fatídica noticia, o ver por fin a su marido, hermano o lo que sea.