La premisa de la serie pintaba genial: de repente en la actualidad nos quedamos todos sin electricidad, quedando a la humanidad tal y como vivíamos siglos atrás. Y claro, tras el caos surge la anarquía, grupos armados de milicias, hasta quince años después (que es donde empieza la historia principal), donde en lugar de los antiguos EEUU, ahora hay varios varios estados (unos 5 o 6) que dominan con mano de hierro sus dominios como señores medievales, con autoridad y sin escrúpulos.

La primera temporada, a mi gusto es realmente interesante, con escenas de acción cojonudas y dosis de intriga que no hacen otra cosa que engancharte pero bien. Se ve el toque Abrahms por todas partes. En la música, tensa y que bien te ponen los pelos de punta cuando surge algo malo (más por la música que por lo que ves), o bien cuando surgen momentos intrigantes. También se ve precisamente en esos momentos de intriga, especialmente al final de cada capítulo, para así atraerte de lleno hacia el siguiente.

Pero qué pasa, que también tiene algunas pegas. Como por ejemplo el vestuario general. No sé, pero en muchas ocasiones no creía ver gente que vive en un mundo apocalíptico, donde se supone que deben tener casi todos ropas raídas y más bien sucia. Otra pega es que cada cinco minutos los grupos de turno, tanto los protas como enemigos, suelen caer en la estrategia de coger a un compañero o ser querido de los otros para hacerles chantaje. Ésto sale hasta la saciedad, sobretodo en la primera temporada. Y lo más importante, que la segunda ya van entrando cosas en la historia, que a mi modo de ver no son lo que se dice interesantes. Y uno va perdiendo interés capítulo tras capítulo, aunque siga sin ser mala.

Pero en resumidas cuentas, a nivel general es de notable.