Grandes corporaciones, megaempresas que lo controlan todo, sin dejar nada al azar, industrias que compran y venden a su antojo sin tener en cuenta a quienes perjudican. En una de esas industrias trabaja Steve, un agente industrial que se dedica a convencer a campesinos ilusos de que lo mejor que pueden hacer es vender sus tierras a su empresa. Sabe que casi todo lo que dice es mentira, al menos en cuanto a cifras económicas se refiere, pero ese es su trabajo y es de los mejores. Mucha labia, poca vergüenza. De eso se trata ser agente industrial.

En parte al menos, cree que los campesinos sí deben de vender, pues él vivió una situación semejante en la cual su pueblo acabó arruinado y sin un duro por no vender precisamente. Me ha parecido una muy buena historia sobre cómo son en general las grandes industrias, porque pese a que la cinta habla solo de una, todas en realidad son así o mucho peores. La evolución del personaje de Damon es genial, y su expresión en todo momento correcta.

Muy bien Gus Van Sant de nuevo, quien ya me encandiló con "Descubriendo a Forrester" y "El indomable Will Hunting", y aquí de nuevo hace una notable dirección con una historia y personajes muy humanos.