Algunos verán en el personaje de Bill Foster a un hombre desequilibrado, alguien molesto al que no dudarías en llamar a la policía al ver las cosas que hace por la calle. En cambio, otros verán en él a la persona que casi todos tenemos dentro pero que no solemos nunca dejar salir, más que nada porque está mal e hiríamos a la cárcel si hicíeramos lo que el prota, por eso en esos momentos activamos nuestro autocontrol. Pero precisamente por lo que he dicho, de que no solemos dejar salir a ese pequeño ser que tenemos lleno de rabia e ira, cogemos cariño al personaje intrepretado por M. Douglas, porque creemos que lo hace por esas personas que se autocontrolan para no estallar y queremos que lo haga en honor de todos esos empleados que se callan cuando su jefe les explota, o cuando la suegra no para de incordiar y estamos calladitos para no liarla, o cuando un cliente no para de decir sandeces al dependiente y éste se tiene que callar porque "el cliente siempre tiene la razón". Queremos creer que lo hace por todas esas personas que se callan lo que realmente quieren decir por temor a un mal mayor. Todos hemos querido explotar en muchas ocasiones, pero seamos realistas, cuántos se atreven a tirar todo por la borda tan solo por desahogarse unos minutos. Aunque a veces esos 5 minutos de desahogo y el hecho de no seguir sufriendo ese incordio sí que merece la pena. Así que yo animo a todos esos que se siente humillados por su jefe o incordiados por su suegra que les mandeis a tomar por culo y cerradles la puñetera boca de una vez y disfrutad plenamente de esos minutos.

PD: Ésto no va para los padres de familia, vosotros tenéis que apechugar con las humillaciones de vuestros jefes, ahora bien, que a vuestra suegra sí que podeis mandarla callar aunque luego durmais en el sofá, merecerá la pena.