Quien vaya a ver la película le puedo recomendar que se salte la media hora inicial y que se tome un café mientras o lea algo. Es que es más que un macguffin. Poco importa y poco aporta para lo que luego se nos va a contar. Se trata de un mero relleno. La película debería haber empezado con la llegada del embajador Lee ya que el largo y aburrido prólogo es pura paja (hasta mental). Y bueno, es que también la historia que luego se nos cuenta también es de coco y huevo, pero bueno, la gente lo que quiere ver son explosiones, tiros, carreritas por aquí y por allá…. Pues vale, pero insisto que la primera casi media hora es irrelevante y soporífera.
“Objetivo: La casa blanca” pertenece a esa clase de películas de acción patriotera como era por ejemplo “Air Force One” pero mezclando argumentalmente, al menos en sus partes de acción, “En la línea de fuego” y todas las junglas de cristal posibles. Las partes emotivas se mezclan con “Crash” y “Los Goonies”. Y guión resuelto, siguiendo el esquema de las películas con Stallone o Van Damme. Y eso que realmente la idea de tomar la casa del presidente americano, según nos cuentan, es bastante posible ya que no hay sistemas de seguridad para frenar un ataque tan masivo. Que se lo planteen los responsables de la seguridad interna del país, sobre todo porque si esto es posible lo que es más improbable es el victorioso desarrollo de la misma.
Dicho sea de paso estoy también estoy hasta las narices del trato que se le suele dar a los niños en esta clase de productos y, sobre todo, a las relaciones que tienen con los adultos, como para darles un toque de humanidad, pero convirtiéndolos en seres superfluos e inmaduros, aunque se trate del mejor guardaespaldas del presidente de los Estados Unidos. Hasta las narices que nos metan a niños con personajes de cierta relevancia en películas de acción, que dejan en evidencia que se trate de un nuevo y preocupante género: acción infantil.
Y poco más. A nadie se nos ha engañado y la cosa tampoco da más de sí. No se puede comentar mucho más porque tampoco lo hay. Simplemente se trata de una mala y costosa película que es tan vulgar que no nos acordaríamos de ella para nada a no ser por su cansino patriotismo.