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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
4
Comedia. Romance. Fantástico Un escritor norteamericano algo bohemio (Owen Wilson) llega con su prometida Inez (Rachel McAdams) y los padres de ésta a París. Mientras vaga por las calles soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea transportado a otro universo donde va a conocer a personajes que jamás imaginaría iba a conocer... (FILMAFFINITY)
1 de junio de 2011
40 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
No quiero parecer el legionario que aparece ante el césar, y mientras le narra las batallas que han demostrado su fidelidad a través del tiempo, se corta las venas ante la posibilidad de que se le acuse falsamente de traidor. Lo digo porque así podría sonar ante la estupenda acogida que ha tenido "Medianoche en París", que me resulta una de las más flojas de su autor, junto a "Lily, la tigresa" , "Vicki Cristina Barcelona" o "Septiembre", por ejemplo. Y es que ese rodar sí o sí una película por año repercute tanto en la calidad como en la creatividad de este gran cineasta.
Su anterior visita parisina ("Todos dicen I love you") era una buena película y estaba más lograda. Lo que ocurre en esta ocasión es que su guión, desde el punto de vista dramatúrgico, no justifica en ningún momento los hechos que están ocurriendo y esa simbiosis entre "mundo fantástico" y cotidiano no está lograda, todo viene a capricho del creador, más para hacer el chiste que para beneficiar a la acción, cosa que dicho sea de paso jamás le había ocurrido a Allen, agravado quizás por una galería de personajes en la que repite la fórmula acostumbrada: la chica bobalicona, el snob cargante y sabiondo, los familiares latosos, la joven que colmará los instintos pederastas del protagonista... eso más las personalidades que se cruzan en el tiempo con su protagonista a modo de película de Terry Gilliam pero que no están aprovechados, convirtiéndolo en ocasiones en un antojadizo batiburrillo, bien rodado, eso sí y como diría cualquier crítico, con buena factura tanto técnica como artística, pero vacía, sin alma, narrando sin más pretensiones ni complicaciones. Pero a diferencia de Gilliam quizás mejor rodado, más pulidita, pero sin punto paranoide ni tampoco ninguna dosis de riesgo. Nos alegramos por la encargada de vestuario, una "clásica" en el cine español, Sonia Grande, que haya podido trabajar en una película de Woody Allen, que aunque de nacionalidad americana y rodada en Francia, ha sido financiada entre otros por el ministerio de cultura español y la Generalitat catalana.
De su reparto destacar la eficacia de Corey Stoll, Marion Cotillard o Kathy Bates, que aunque cuentan con papeles de renombre tienen poca carne, la discrección de Léa Seydoux o de la misma Carla Bruni que chocan frente a Brody, gracioso aunque demasiado pasado o su protagonista, Owen Wilson, que aunque esté más soportable que de costumbre cuesta trabajo tragárselo, como ya le ocurrió por ejemplo a Kenneth Branagh cuando hizo de alter ego de Allen en "Celebrity".
Maggie Smee
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