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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
7
Drama. Romance Narra el viaje emocional de una familia afroamericana afincada en las afueras de la ciudad que, tras una grave pérdida, debe abrirse camino entre el amor, el perdón y la unión. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2020
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Un momento en el tiempo (Waves)”, de Trey Edward Shults, se ha quedado fuera de la carrera de los Oscars. Aunque con algunas distinciones por parte de los críticos y premios independientes, al final la Academia de Hollywood ha preferido colar entre sus nominados productos más comerciales antes que este drama, que algunos califican como drama- romántico, lo cual puede inducir a error por parte del público más joven o desinformado, porque aunque algunas de esas dosis hay, se aleja por completo de lo que se entiende de un film de esa índole.

Trey Edward Shults, que hace un par de años estrenó el thriller independiente “Llega de noche” y que produjo división de opiniones, ahora nos trae este film que nada tiene que ver con su anterior trabajo, y que posee, eso sí, mayores ambiciones como autor. Las influencias de otros autores son notorias. Desde Sean Baker, conocido sobre todo por la colorista “The Florida Project”, aunque más a nosotros nos trasladaba más a su anterior film “Tangerine”, a Barry Jenkins por la oscarizada “Moonlight” e incluso a un intento de llegar a ser Paul Thomas Anderson, tejiendo personajes y circunstancias que se inculpan y buscan la redención, mezclado con un mosaico musical, como si se tratara de una versión reducida de “Magnolia”, y evocando en fugaces tomas al mismísimo Malick.

No le ha salido mal, pero creo que si lo hubiera pulido, sobre todo a nivel de guión, le habría salido un film excelente. Pero da la sensación de que haya preferido ceñirse a contar su película dividida en dos bloques claramente diferenciados, sin complicarse en entrelazarlas, y pretender volcarse en ese propósito en el montaje, ya que junto a Isaac Hagy, él es el responsable.

A nivel técnico la película está muy trabajada. No solo en su comentado montaje, que es quizás de lo mejor. Gracias a la fotografía de Drew Daniels, se juega constantemente con las atmósferas, los colores, con los fundidos... se sabe crear tensión e incluso brevemente transmitir un estado de éxtasis, todo bajo una influencia casi “setentera” que suponemos gustaría al mismísimo Tarantino. De hecho hasta sus créditos finales tienen un fondo de que va cambiando de colores, llegando a oír ocasionalmente algunas frases de los actores.

Sus actores, la mayoría actores negros sin querer ofender (es que decir “de color” es algo tan indeterminado) hacen un muy buen trabajo. Desde los mayores a los más jóvenes, como Taylor Russell o Kelvin Harrison Jr, Desde los actores blancos, como Lucas Hedges hasta el gato, todos sin excepción están bien, aparte de estar muy bien dirigidos.

Pero al final, a pesar de sus logros, deja la sensación de no ser un film compacto. No le falta consistencia, ni tampoco madurez, porque ya de lo que nos habla escapa de lo superfluo, pero sí de rotundidad, de que parece nos hayan contado dos películas por separado con diferentes mensajes, todos válidos, o al menos para mí incluso los más esperanzadores eran necesarios, pero con diferentes propósitos. Cabe recordar las palabras de un gran maestro como David Lean que afirmaba que todo aquello que no filmes luego en el montaje no lo vas a poder subsanar. Y él también era montador. El confiarlo todo al envoltorio técnico no es lo más recomendable. Quitando ese pero he de reconocer que “Un momento en el tiempo”, (prefiero su título original “Waves”), tiene buenos momentos y bastante más mérito que otras producciones intrascendentes más sobrevaloradas, por lo que merecería un visionado.
Maggie Smee
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