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Voto de Francisco Javier Millan:
6
Drama El movimiento sufragista nació en Inglaterra en vísperas de la Primera Guerra Mundial. La mayoría de las sufragistas no procedían de las clases altas, sino que eran obreras que veían impotentes cómo sus pacíficas protestas no servían para nada. Entonces se radicalizaron y, en su incansable lucha por conseguir la igualdad, se arriesgaron a perderlo todo: su trabajo, su casa, sus hijos y su vida. La protagonista es Maud (Carey Mulligan), ... [+]
11 de enero de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que esta película no está a la altura de las circunstancias de lo que el movimiento sufragista supuso a nivel histórico en el primer tramo del siglo XX. Sarah Gavron, su realizadora, firma esta complaciente recreación, siguiendo el canon y la norma de estilo habituales en las producciones surgidas de la BBC.
No son atributos para nada malos o incorrectos, pero sí que resultan escasos ante el tamaño objetivo que emprendieron numerosas mujeres de la clase trabajadora.
Gavron presenta una incapacidad para ser contundente, creando un film ideal para los tiempos que vivimos de excesiva corrección política. A esta clase de historias le hace falta la misma llama que levantó films como “Michael Collin” o “En el nombre del padre”; historias que logran calar en lo más hondo, siendo recordadas todavía tras más de dos décadas desde su estreno.
Aún así Carey Mulligan construye una estupenda protagonista. Maud es una mujer trabajadora, condenada a una lavandería que vela muy poco por la seguridad y la salud laboral. Unos tiempos en los que los hombres dominaban al mundo, jugando a ser políticos y grandes estadistas.
Mucho se logró en aquella época, pero a juzgar por el deterioro del valor del voto y de nuestras instituciones, todo parece regresar a esas calles grises y burócratas del Londres post victoriano.
Por ello la película no entra en ningún momento a crear lazos con la actualidad. Un mundo que necesita volver a creer en los líderes y en las grandes hazañas sociales. En definitiva, una sociedad adormecida y con poca perspectiva de futuro.
Francisco Javier Millan
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