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Voto de Francisco Javier Millan:
6
Drama Narra la historia de una animosa y valerosa jovencita llamada Liesel, que transforma las vidas de todas las personas de su entorno cuando la envían a vivir con una familia de acogida en la Alemania de la II Guerra Mundial. Para Liesel, el poder de las palabras y de la imaginación se convierte en una forma de escapar de los tumultuosos eventos que la rodean, tanto a ella como a toda la gente que conoce y quiere. (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intentar parecerse a Spielberg es sumamente complicado, y más si uno se mueve por el terreno de las emociones. Pocos lo han logrado.
Esta historia enmarcada en la II Guerra Mundial presenta el conflicto (una vez más) desde el punto de vista de la gente normal, que sufrió sus consecuencias más directamente. Tomando como protagonista a una adorable niña interpretada por Sophie Nélisse, uno de los descubrimientos de esa maravilla de película titulada “Profesor Lazhar”.
Pero Nélisse, aunque correcta, se ve incapaz de soportar el peso de una trama, que intenta llegarnos al corazón arañándolo solo levemente en contadas ocasiones.
Su director, Brian Percival, ha manejado un texto con gran potencial, pero se ha dejado por el camino algunos aspectos fundamentales que la hubieran convertido de una cinta convencional, a una mucho más reseñable.
Virtudes no le faltan, actores adultos oscarizables, una buena ambientación (aunque algo justa), y ese tipo de historias que tanto agradan a los espectadores. Pero algo no termina de funcionar, se ve con excesiva ligereza y agrado, pero nada más.
Me da la sensación de que tenemos en ella tramas excesivamente alargadas, como la del muchacho judío, en detrimento de otras que podrían haber sido mucho más interesantes, como la del amigo de la protagonista, con el que entabla una bonita relación, que no está excesivamente potenciada.
De todo ello me quedo con un excelente Geoffrey Rush, un actor que ya conmueve y transmite ternura con solo una mirada. Crea un tierno padre adoptivo, que se desvive por su niña para que ella aprenda a leer. Inolvidable el momento del abecedario en el sótano.
Y lamento profundamente que el director no haya aprovechado mucho más la presencia de John Williams en la música, que aunque entrega una bonita melodía, no resulta suficiente para subrayar con mayor emoción algunas de las escenas.
Y es que como decía al principio, parecerse a Spielberg es muy complicado.
Francisco Javier Millan
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