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Voto de Francisco Javier Millan:
7
Comedia Año 2018. Torrente sale de la cárcel, y se encuentra aturdido ante una España convulsa y dividida. Debe encontrar respuestas en su interior para despejar su confusión, y por ello decide convertirse en un "fuera de la ley". Así que se propone atracar un casino con una banda de incompetentes. A través de un contacto de su estancia en prisión, localiza a John Marshall, la persona que se ocupó de supervisar la seguridad cuando se planificó ... [+]
21 de octubre de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le ha costado reconocer a Santiago Segura nada menos que cinco películas, que la fuerza de esta saga reside especialmente en los “frikis” y sobre todo cuando actúan en conjunto.
Y es que en esta ocasión el héroe de Vallecas se adentra en una aventura mucho más coral y de manera sorprendente más divertida y cuidada que las dos propuestas anteriores.
La tercera y la cuarta película directamente tocaron fondo, atraían al público pero estaban desprovistas de esa fuerza que tenía la película fundacional y su más que dignísima secuela marbellí.
Para ello Segura utiliza el manido recurso de un robo para al menos tener una historia que contar, apoyada con gran fuerza con la sátira hacía problemas actuales y reales.
En el 2018 nos adentramos en una España distópica y desfragmentada, un lugar poco apto para personajes como Torrente acostumbrados a ser grandes defensores de la honradez y la decencia nacional. Nada más salir de la cárcel se junta con su grupo habitual y con otras grandes incorporaciones con el fin de robar el mayor casino jamás construido en nuestro país.
Esta trama le proporciona a Segura dos virtudes importantes, poder contar un desarrollo con ritmo y lleno de situaciones divertidas, y cumplir un sueño que ya acariciaba desde hacía tiempo, que un actor de fama internacional interpretase al villano de turno.
No es difícil ver lo mucho que se ha divertido Alec Baldwin realizando esta película, su sola presencia da un empaque muy diferente al conjunto de la saga y le dota de cierto carisma sobre todo en sus secuencias finales, donde de manera inesperada vemos una de las escenas de acción más espectaculares producidas en España.
Se nota el empeño de agradar no solo a su público fiel, sino de recuperar la dignidad perdida, rebajando el número de cameos e introduciendo su presencia con el fin de hacer avanzar la trama. Algo que no ocurría en las anteriores.
Y sin desvelar nada, Segura se lanza a realizar un sentido y magnífico homenaje a Tony Leblanc, con un momento que trasciende más allá del cine “zafio” al que nos tiene acostumbrados.
No es una película redonda, pero tampoco necesita serlo. Pero os aseguro que todos aquellos que observamos la realidad desde el lado más estúpido del ser humano, la vamos a disfrutar a lo grande.
Francisco Javier Millan
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