Una obra de Cine Independiente llevada a cabo por un director experto en comedias el cual esta vez cambia de rol y ofrece un drama social ambientado en una zona rural sureña de los Estados Unidos, triste, pobre y marginal.
El film gira entorno a la vida de dos personajes, se expone como es cada uno, como viven, como sufren, como llevan sus penas, como afrontan la vida, parece que no hay cabida para la felicidad, todo se muestra de forma cruda, sucia y emanando tristeza, tratando temas como la pobreza, el maltrato, el alcoholismo, la prostitución, el trabajo ilegal, dejando siempre latente un espíritu de superación y progreso por mejorar la situación propia de los personajes protagonistas.
Una correcta dirección, un guión pausado, oscuro y lleno de angustia, unas muy buenas interpretaciones por parte de una joven promesa, Tye Sheridan y un veterano Nicolas Cage que parece resurgir de las cenizas cual ave fénix dando muestras de que es uno de los grandes de Hollywood y un apartado técnico más que acertado con ese toque cool de suciedad en el ambiente hacen de esta película un producto a tener muy en cuenta, digno de ver y de degustar.