Película palomitera a más no poder para ver en la pantalla más grande posible y dejar que sus escenas de catástrofes te traguen. Y si fuera posible verla en 4Dx pues mejor que mejor, porque lo único que importa aquí es que sientas cómo la tierra agita tus carnes mientras le hueles los músculos y el sobaco a Dwayne Johnson. Poco importa lo demás porque el que quiere ver esto, va a lo que va, y la peli se lo ofrece con creces sin andarse con gilipolleces. Es una historia llena de topicazos, con la clásica introducción-presentación del héroe salvador de turno calentando motores para colgarse la primera medalla antes de entrar en materia de verdad, el clásico capullo teniendo la clásica muerte de capullo, la bandera de los EEUU impregnando nuestros subconscientes y un guion a la altura de lo esperado en este tipo de engendros hollywoodienses.

Los efectos especiales son el único punto fuerte de esta cosa, aunque una vez más son ofrecidos sin que el orden de los mismos importe en absoluto. Tiene puntazos que te ponen los huevos por corbata, como la escena de la lancha escalando por el tsunami, la voladura de la presa Hoover o la destrucción de Los Ángeles, pero si lo primero fuera ofrecido al final o lo último al principio, nada cambiaría en la historia, con lo que tenemos una película que no es más que una sucesión de catástrofes naturales ofrecidas en plan "The greatest hits" of San Andreas, o cómo cepillarse un estado entero de los EEUU a base de desgracias. Aunque siempre nos quedará el buenazo de The Rock para combatir a lo que se ponga por delante, tanto da si se trata de la madre naturaleza o de un hijo de su santísima y reputísima madre. Nada hemos de temer al lado de este tío porque todo lo que le pidan él se lo dará: piloto de helicópteros y de avionetas, escalador profesional, experto paracaidista, conductor de lanchas, avezado en el buceo a pulmón, padrazo de primera, salvador de cada trozo de su sagrada familia, etc, etc. Como no tiene pelo no podrán decir aquello de que sale triunfal sin despeinarse, pero si lo tuviera, saldría igual de airoso que la señora que corre con tacones por las azoteas en demolición y que va saltando de edificio en edificio sin perder ni un ápice de su glamouroso peinado (¡¡Vamos no me jodas!!). Pero ya saben, mejor tomárselo a risa y dejarse llevar por el ruido y los gritos de todos los civiles que van perdiendo sus vidas en pantalla.

Si te la tomas en serio estás perdido. Si te la tomas como lo que es, puedes hasta pasar un rato entretenido. Eso sí, una vez vista, digiérela y defécala.