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España España · Barcelona
Voto de JulesVincent:
8
Terror. Intriga En la costa de un pequeño pueblo del este de Estados Unidos, un enorme tiburón blanco ataca a varias personas. Por temor a los nefastos efectos que este hecho podría tener sobre el negocio turístico, el alcalde se niega a cerrar las playas y a difundir la noticia. Pero un nuevo ataque del tiburón termina con la vida de un bañista. Cuando el terror se apodera de todos, un veterano cazador de tiburones, un oceanógrafo y el jefe de la ... [+]
26 de diciembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay una película que sepa mezclar bien el suspense con el terror a propósito de un animal que no esté pasado por la sartén de los anabolizantes, esa es sin duda "Tiburón", pero únicamente esta primera entrega firmada por Spielberg, porque la multitud de secuelas que vinieron después no hicieron más que arrastrar al mito por el fango. Para mí, pocas cintas consiguen intimidar tanto solo con ver su carátula y escuchar el tema principal de su BSO. De hecho creo que a casi todo el mundo se le habrán saturado los dodotis cagándose con los acechadores acordes de esa melodía que parecía advertir de la proximidad de una doble hilera de sierras dispuestas a arrancarte un trozo de abdomen, un brazo y media pierna. Y aún hoy en día me sigue dando respeto bañarme en el mar aunque haga pie en el suelo, gracias al capullo que parió esta carátula con esa tronca a punto de ser masticada como una aceituna.

"Tiburón" es puro cine de aventuras, de un depredador con mucha hambre y de unos tíos con muchos cojones. Toda la parte central y final de la película que transcurre en el barco pesquero es pura calma tensa y te consigue inyectar un chute de alerta y sudores fríos. Y ahí vemos a tres tipos, bien diferentes entre ellos, pero reunidos con el objetivo común de dar caza al escualo, por lo que esta peli tiene mucho de buddy movie, con momentos en los que disfrutamos de unas charlas cerveceras a babor y a estribor que hacen que nos sintamos parte del grupo. Da igual que uno se refiera al escualo con tremendo odio como "maldito hijo de puta", otro lo llame "Carcharodon carcharias" por pura admiración teórica y otro ensalce su grandeza natural llamándolo simple y llanamente "Tiburón de 6 metros", porque los tres en el fondo están cagados de miedo, por mucha hombría que quieran demostrar, por muchas cicatrices de las que quieran presumir o por muchas batallitas que puedan contar. La realidad es que el peligro les acecha a todas horas y Spielberg consigue transmitirlo a la perfección hasta con el simple crujir de las maderas del pesquero por el vaivén del oleaje.

Lo que le ha sucedido a "Tiburón" es que han pasado 50 años desde su estreno y hoy en día una historia que se encarga de transmitir la intriga y el terror principalmente por las expectativas que nos va creando la peli durante su transcurso y por lo que no se ve más que a fuerza de enseñar dientes y bicho a todas horas, es algo que en el 2024 puede no ser tan acogido o aceptado por la gente. Esto no significa que sea una mala película, ni mucho menos. Sigue siendo magnífica a día de hoy y mucho mejor que títulos como "Megalodón" o "Deep blue sea", nacidos con la inyección puesta de los anabolizantes y con la única intención de mostrar tiburón gigante de la misma manera que podría ser un monstruo de tres cabezas o un pulpo de 500 metros y 20 tentáculos. En esas historias se mancilla la trama para sustituirla por mucho ruido y mucho movimiento. Aquí sin embargo el escualo aparece pocas veces en pantalla, aunque cuando lo hace no lo hace siendo un pegote de ordenador fundido con los humanos por medio de una pantalla verde de fondo. Aparece a tamaño natural, al completo o parcialmente, pero tocándose carne con carne con los protagonistas (el tiburón era un robot, ya lo sé, y de hecho creo que se lo llegaron a cargar de tanto uso y tanta prueba, pero no me digan que no parece de verdad el cabrón). ¡¡Eso SÍ es cine creíble del bueno!! Por eso creo que para hacerse caquita encima como yo me la hice viéndola por primera vez cuando era un crío y para tenerle respeto al mar de verdad, este tiburón hay que verlo cuando todavía se es un niño y aún no se ha sido víctima del Hollywood más materialista y menos costumbrista. Seguro que así, y sobre todo si hay oportunidad de verla en reposición en una sala de cine a oscuras y con el sonido a toda leche, al mar se le verá con otros ojos.
JulesVincent
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