Hace pocos días ví esta película en televisión, emitida por cierto canal de pago muy conocido y en el típico horario durante el cual las audiencias suelen estar en cifras mínimas o al menos eso es lo que se puede suponer.

Me resulta algo extraño que en esta web dedicada al cine no haya encontrado ninguna crítica sobre esta película. La verdad es que tampoco parece que merezca la pena sacarla del olvido en el que cayó desde hace ya mucho tiempo. Solo quiero comentar que no puedo dejar de sentir cierta sorpresa por ver a un tal Andrés Lapique do Barro del año 1971, protagonizando una película muy mala que solo sobrevivió argumentalmente, tal vez gracias a la intervención de actores como Concha Velasco y Antonio Ozores y otros secundarios muy habituales en las comedias de Mariano Ozores quien se encargó de sacar adelante este bodrio de la mejor manera que al parecer le fué posible. Porque el tal Andrés Do Barro, la verdad sea dicha, nunca fué ni un gran cantante o compositor ni tampoco un actor de cine medianamente catalogable. De hecho, en esta película todas sus frases estaban habladas por dobladores profesionales.

Muy probablemente y por culpa de todo esto, su carrera artística fué muy efímera y tras un muy largo tiempo de permanecer casi en el total olvido hasta que en el año 1989, creo, falleció víctima de una enfermedad terminal y parece ser que estaba en una situación económica muy triste y lamentable cuando aún tenía mucha vida por delante.

Pero no deja de ser un hecho curioso que ciertas cadenas privadas de TV nos traigan a la memoria estas películas que aunque sean unos bodrios, nos traen recuerdos muy directos de épocas ya vividas anteriormente y siempre habrá algún que otro nostálgico a quien no le disguste nada volver a ver este tipo de historias.