Ver una película de Alfred Hitchcock es necesariamente embarcarse en un viaje lleno de manifestaciones psicológicas de sus personajes mediante sus comportamientos e inspiradas en las teorías del Dr Freud. Bueno, en esta película Hitchcock se plantea explicar el legado del psicólogo vienés pero, de una forma entretenida, porque he escuchado muchas veces que lo importante no es el chiste, sino que como lo cuenta y, como queda claro, Alfred es un experto en contar "chistes".

Porque en Spellbound la trama no es muy importante, porque es notorio que está bastante incompleta o, levantada de la nada, lo importante es el mensaje, las cámaras, las miradas, lo inherente al ser humano de lo que tanto costo darse cuenta, como que es un ser impulsivo y guiado por Eros y Tanatos, esto queda claro en los comportamientos de Ingrid Bergman y Leo G. Carrol.

La interpretación de los sueños plasmada en el sueño de Gregory Peck diseñado por Salvador Dalí, que es la mejor escena de la película junto con el beso de los dos protagonistas, la sexualidad infantil y los traumas en la infancia solucionados mediante el psicoanálisis con la escena en la nieve o que todo gire en un mundo de psicólogos psicoanalistas. Todo un conjunto de factores que me hacen pensar que el motivo de esta película, mas que hacer un producto cinematográfico, fue honorizar al gran Dr. Freud, y que mejor que el encargado sea el gran maestro del suspense.