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España España · Any place
Voto de DaveOne:
1
Drama Natalia y Carlos son dos jóvenes veinteañeros enamorados que luchan por sobrevivir en la España de la crisis. Sus limitados recursos les impiden satisfacer sus deseos y su progreso vital. No tienen grandes ambiciones porque no albergan grandes esperanzas. Para ganar dinero deciden rodar una película porno amateur.
25 de mayo de 2017
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pude sufrir íntegramente este producto en un preestreno en el que los espectadores ignoraban todo de lo que iban a ver, cuatro años después comparto mis impresiones con film affinity. La experiencia resulto catártica...para mal. Soy seguidor de Ozu, Bergman, Antonioni y otros creadores más o menos "herméticos", pero ésto no tiene nada que ver con cuestiones estéticas, es algo de piel, de criterio, de conocimiento, falta alma, pulso y VERDAD.

Desde el principio del largometraje asistimos a la representación anónima de una juventud sin ningún tipo de anclajes, sin perspectivas. Presentada con una inmediatez acentuada por el falso sonido directo y toques musicales que son indiferentes al meollo de la trama, la cuestión que se nos plantea es nuestra capacidad de resistencia, resistir o irse, porque la vida son elecciones y en este caso resistir no compensa.

A pesar de la voluntad y el esfuerzo, y de lo voluntarioso de la protagonista, el film carece de alguna certeza. Los anhelos de los personajes parecen sumergirse en la frustración de unas vidas que estos jóvenes consumen reunidos fumando porritos o bebiendo litros en torno al banco de un parque, tomando el bocata del curro ilegal entre los escombros de un descampado o moviéndose cual títeres alrededor del estéreo de un utilitario tuneado en una "rave" poligonera.

A duras penas, Carlos, el protagonista sostiene sobre sus hombros la pesada carga de parecer un miembro del lumpen. Desgraciadamente, su interpretación resulta poco auténtica.

Las improvisaciones naturalistas de todo el elenco, o lo que parecen serlo, resultan tan impostadas, tan empastadas como una mala pintura, remedo de todo aquello de lo que suele adolecer ese cine con ínfulas experimentalistas y afanes por iluminarnos. Tras la película sólo encontramos un envase vacío, irónicamente lleno de tópicos insalvables, que nos embargan de ese tedio feroz que pocas veces suele poseernos.

Para espectadores con gran resistencia a la pretenciosidad perenne que abotarga y agota hasta el hastío, ni el chascarrillo-cameo del pornógrafo Torbe nos sirve de reenganche y lo que que nos espera promete ser un castigo.

Abandonar la sala puede ser tan buena opción como lanzar exabruptos hacia la pantalla ante este artefacto, que sólo debe resultar apreciable para ensimismadas élites que se convierten en escrutadores del retrato existencial de canis, chonis, poqueros o la etiqueta que proceda dependiendo del entorno. Si a alguien le resultó muy asfixiante "El ángel exterminador" de Luis Buñuel que no se adentré en las fauces de este Leviatán que es el señor Rosales.
DaveOne
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