Solo de un genial cineasta como Scorsese, entregado profundamente a los detalles, podría surgir esta versión brillante de la red suburbana del crimen organizado, que tanto difiere de la obra paradigmática del género, El Padrino. Mientras que la primera se desarrolla de acuerdo con una estética totalmente histriónica, grave, severa y cuidada, "Goodfellas" vive y se hace fuerte en los detalles, cuidadosamente tratados, artísticamente desprolijos, estéticamente brutales, sin caer jamás en la vulgaridad de los lugares comunes. Una joya, digna de figurar entre los grandes logros del cine.