“300: El origen de un imperio” puede sorprender a mucha gente que valla a verla pensando que va a ver la segunda parte de 300 y es que ya en los primeros 15/20 minutos nos damos cuenta de que estamos ante una película que complementa a la anterior más que en una continuación.

Al comienzo (como muy bien hacia su predecesora) por medio de un prólogo asienta las bases de la historia y profundiza en los personajes sobre todo en los inicios y creación de Xerxes y a continuación es donde nos damos cuenta de que estamos ante una historia que sucede al mismo tiempo que los hechos ocurridos con Leónidas y sus 300 Espartanos entrelazándose y complementándose una historia con otra algo que por lo menos a mí me parece muy original y acertado, cambiando los combates cuerpo a cuerpo ( aunque aquí también los hay) por los navales dándole al medio acuático una gran importancia, con un buen ritmo que muestra los hechos sin dejar tiempos muertos o planos entre ellos, llegando a un punto de inflexión en el que esta segunda parte coge las riendas y remata de una forma contundente dejándonos con ganas de más al final de la película.

Si en la primera su apartado visual y estético era extremo y el grado de “epicidad” rozaba lo más alto en esta ocasión esto se suaviza un poco creando una atmosfera más natural o realista que la anterior dentro claramente de un mundo fantástico y excesivo como este y dándonos a entender de forma sutil que ambos grupos de combatientes (Espartanos y Griegos) son muy diferentes entre ellos.

Era algo muy difícil (casi imposible diría yo) el superar o incluso igualar el carisma y la contundencia del personaje de Leónidas y claramente en esta ocasión el personaje de Temístocles no llega a ese nivel pero el tándem formado por este junto con el de Artemisa dejan el listón muy alto y te deja algunos de los mejores momentos de la película.

Por lo que es cierto que no supera a su anterior parte y no es tan épica pero mantiene las bases que gustaron e hicieron tan especial a esta primera (cámara lenta, combates espectaculares, momentos épicos, personajes extremos, etc…) y nos da como resultado a dos películas que se complementan perfectamente entre sí.