Louise Fletcher y Christopher Walken interpretan a Lillian y Michael, dos revolucionarios científicos investigadores que acaban de desarrollar una máquina capaz de grabar las experiencias vividas por una persona, con todas las sensaciones físicas y emocionales vividas por ésta, para luego ser reproducidas por cualquier otra, tanto en modo offline, como online.

El proyecto resulta tan innovador que inmediatamente adquiere el interés de diversos sectores, entre ellos el del gobierno, que al descubrir el potencial militar que esconde esta tecnología separa a los científicos que lo inventaron para darle otra dirección al mismo, que incluye entre otras, el uso como guía remota de misiles y torturas psicológicas.

Michael, ya fuera del proyecto, intentará acceder a una cinta guardada con un alto nivel de seguridad: La grabación de la experiencia de muerte de uno de los investigadores.

Una película que seguramente inspiró a James Cameron para llevar a cabo el guión de Strange Days y a la que en general supera, con una buena dirección de Douglas Trumbull, efectos especiales típicos de la época y un poco de misticismo al final.