No sería la última ocasión, independientemente de que la ruede en España o Irán, en la que Asghar Farhadi entremezcla, en un esqueleto dramatúrgico que aglutina elementos argumentales sobre la fortaleza de la unión familiar y los lazos de amistad, otra suerte de ingredientes más próximos a un relato de tinte criminal que al fin ornamental que decrecientemente van adquiriendo las divergencias entre la secularidad del Medio Oriente y una influencia occidental que se personifica menos taxativamente en los personajes masculinos.
La desconfianza, el rencor, la amistad y las rencillas personales que no han desaparecido rebrotan a costa de la tragedia y de una desaparición durante una reunión de fin de semana entre amigos.
Al margen de ser seleccionada por su país -con anterioridad a la materialización de futuras nominaciones al Oscar de Farhadi a la mejor película de habla no inglesa por trabajos sucesivos-, 'A propósito de Elly' es, a título indefinido, el último papel interpretado en el cine iraní por la actriz exiliada -para bien, en lo estrictamente profesional, a tenor de su filmografía posterior, yendo a salto de mata entre el cine europeo, un Jim Jarmusch o varios blockbusters junto a Chris Hemsworth y la franquicia bucanera de Disney- Golshifteh Farahani al lado de otros habituales en la filmografía de Farhadi: como un lozano y barbilampiño Peyman Moaadi ('Nader & Simin), Taraneh Alidoosti ('Beautiful City') o el productor, actor y cineasta Mani Haghighi ('Fireworks Wednesday').
Farhadi, como de costumbre, despieza las miserias humanas y las de la jerarquización sociofamiliar de su país valiéndose de un delimitado espacio de tiempo.