Hasta hace poco más de un año, antes de pasármelo bomba con la magnífica 'Bodies at Rest', habría empezado esta crítica preguntándome '¿pero es que aún anda por ahí Renny Harlin?'. Habiéndolo constatado y viendo que además seguía en un excelente estado de forma, lo habría puntualizado con '¿Hollywood es consciente de que la carrera de Renny Harlin no está finiquitada?'. A lo que desde hoy respondería que parece estarlo más de lo que me gustaría reconocer.
A los artesanos del cine de acción de nuestra adolescencia -la de los que asomamos las primeras canas- les queda el refugio de la plataforma digital. ¿Y qué nos trae Harlin? Una modestísima comedia de 90 minutos -ése es un punto a su favor- encabezada por un Brosnan autorreferencial y dandy que, por alguna razón que se me escapa, no para de soltar carcajadas injustificadas para presumir de sonrisa blanqueada, flirteando con veintañeras y recuperando lo que queda de su característico registro de 'hago de tipo duro aunque la mayor parte del tiempo me comporte, me mueva, te hable y mire igual que lo haría un dependiente de El Corte Inglés convenciéndote de que esa camiseta te queda bien'.
En la retaguardia una cuadrilla jovenzuela integrada por un tal Rami Jaber, Hermione Corfield, Jamie 'hice de la novia de Goku en una comedia de institutos' Chung, el mocactor tailandés Mike Angelo y el rapero Nick Cannon -una especie de Marlon Wayans comprado en AliExpress, que ya es decir-. Al acecho persiguiéndoles el pobre Tim Roth.
Lástima que el punto flaco provenga justo de donde tendría que residir el mérito en una comedia de atracos: los chistes y el carisma de sus protagonistas.
¡Renny, vuelve a Hong Kong!