Dos estrellas emergentes de la stand up comedy y de la televisión -compartirían periplo en In Living Color-. Dos estrellas de cine emergentes que repetían como pareja -dentro y fuera de la pantalla- tras "mosquearse" y emparejarse gracias a un David Cronenberg tan truculento como accesible. El cortometrajista, director de videoclips y ex documentalista de los Sex Pistols, Julien Temple, a los mandos de una nave cuyos mecenas, la compañía DeLaurentiis se asomaba a la bancarrota.
Y por si fuera poco, atraídos por el cebo de Geena Davis y el percal de los Ángeles de 1988, tres alienígenas -Jeff Goldblum, Damon Wayans y Jim Carrey ataviados igual que tres furbys de colorines- sienten la urgente, imperiosa, irresistible necesidad de aterrizar en el Planeta Tierra tras descubrir que en él cohabitan unas criaturas carnosas, sin pelos (bueno, hay de todo) y fascinantes que les hacen perder irremediablemente la cabeza: Mac, Wiploc y Zeebo quieren relacionarse y conocer ¡de cerca! a las hembras humanas. Y no existe un lugar más apropiado (ni una época más propicia para cortejarlas con música que los 80) que estrellándose contra la piscina de la dueña de un salón de belleza (a ella también le gustan los cuerpos depilados) a la que su novio no la satisface sexualmente.