Javier Fesser volvió para reanimar a la otra gallina de los huevos de oro de la titubeante división cinematográfica de Zeta Studios, intentando rescatar a las criaturas de Francisco Ibáñez del cubo de la basura en el que las enterró Miguel Bardem en 2008, y abordando, por fin, la más coherente de las formas de adaptarlas: la animación.
El director de la primera entrega cedía esta vez un pelín más de espacio a las gracias y tics residentes en la obra original que a su propia impronta naif -bueno, dejémoslo en que sí se nota en la selección de temas musicales no incidentales- y le salió la incursión mas cabestra y fiel, salvo en ese trepidante y divertidísimo prolegómeno actioner con Ramón Langa "yippiekaiyeando" a Filemón -al que Janfri Topera cambia por el Profesor Bacterio que cae en Enrique Villen-.
Berta Ojea, Mariano Venancio y Emilio Gavira, tras el micro, regresan respectivamente como Ofelia, Super y Rompetechos.
No se ha convertido, ni lo hará nunca, en referente nostálgico como hiciesen los cortometrajes de Rafael Vara en los 70, pero un portentoso esfuerzo de Karra Elejalde emulando a Victor Ramírez -o simplemente porque son dos actores que entienden igual el cartoon- contribuye a aproximarla a aquella.
Un magnifico cierre que subió la nota media a una trilogía irregular que parece definitivamente finiquitada... ¿o no?