Hay tres razones básicas por las que no podemos negar que Vaiana es hija de los mismos creadores que La Sirenita, Aladdin y Hércules: A Musker y Clements les sigue sentando bien esa propensión a rematar una aventura clásica con un monstruo final digno de Ray Harryhausen, el guiño indisimulado al crustáceo más popular de su primer gran taquillazo para Disney hace casi 30 años, y esa dupla protagonista que recuerda tanto a la de Aladdin, solo que aquí es el 'cambiaformas' Dwayne Johnson quien recoge el testigo del 'genio' Robin Williams. Ah, de paso tenemos al mejor robaescenas del cine de animación reciente desde la ardilla Scratch de 'Ice Age', un pollo estrábico y de limitada inteligencia cuyo peluche hará que Disney facture varios millones de dólares extra en la campaña de compras navideñas.