¿Qué os puedo decir sobre esto? 'Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal' (2008, Steven Spielberg) es la respuesta del Rey Midas de Hollywood a una horda de fans insensatos que reclamaban desde hace varios lustros una innecesaria secuela que jamás llegaba. Y para darles esto, mejor que no lo hubiese hecho nunca: una cosita rodada casi íntegramente dentro de los estudios, sin apenas salir de los Estados Unidos, con pobrísimas recreaciones interiores de templos en cartón piedra y un esmeradísimo -las cosas como son- CGI. Con lo de esmeradísimo me refiero a la reproducción de escenarios naturales, no a los roedores y monetes digitales, las naves espaciales ni los alieníg... ups, que se me escapan spoilers. No estoy ya tan seguro de que una ridícula Cate Blanchett -jamás pensé que diría algo así- y Shia LaBeouf con tupé comportándose como un mono -eso lo digo literalmente- entren en la categoria de efectos especiales, personajes reales o si simplemente son un delirio de mi maltrecho cerebro.
En fin, un despropósito de principio a fin que, para arreglarlo, concluye con una espantosa variación nupcial de la 'Raiders March' a cargo del mismo John Williams. Mejor corramos un (es)tupido velo sobre este engendro y hagamos como si no existiera.