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Voto de antonio lopez herraiz:
8
Thriller. Terror Un joven que trabaja como carnicero en un matadero, mata accidentalmente a un taxista tras una discusión. Cuando su novia le intenta convencer de avisar a la policía, se ve obligado a matarla, y lo mismo hace con todos aquellos que suponen para él una amenaza. (FILMAFFINITY)
4 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alfonso XII -el pionero del cine para adultos no, el padre- no iba a ninguna parte porque hacía casi un siglo que había fallecido, pero su alter ego en la pantalla tenía claro que los días del cine musical, romántico y de una preeminente vocación popular habían tocado a su fin junto a Sara Montiel el año anterior en 'Varietés' (1971, Juan Antonio Bardem), asomándose en los estertores del tardofranquismo a territorios que diesen pie a mostrar un registro más desaliñado, sombrio y oscuro. Y esto, es de suponer, con la lección aprendida de Tony Curtis tres años antes en 'El estrangulador de Boston' (1968, Richard Fleischer), distanciándose en que el suyo no es un demente total ni un criminal tan trastornado como, de hecho, forzado por las circunstancias fortuitas que lo sobrevienen, y tampoco especificaré cuáles son (pero vamos, que al taxi se sube uno para viajar, para lo demás están los parques).
Es aconsejable verla en la versión extendida no estrenada en cines en España dada la mayor profusión de contenido violento y, sobre todo, para no amputar la subtrama homosexual entre Vicente Parra y Eusebio Poncela más de lo que ya la ahoga, sin necesidad de cortes, la renqueante tensión sexual entre dos actores antitéticos, con tanta compatibilidad en la pantalla como una chirimoya y una berenjena en un cuadro de naturaleza muerta.
La pobre Emma Cohen se limita a despertar respectivamente y en momentos catárticos la líbido y la ira de Parra. Y ya lo demás viene rodado con un papel episódico para Lola Herrera haciendo sus pinitos como scream queen bronceadísima. Vicky Lagos sirve desayunos y neorrealismo castizo a palazos; no es difícil percatarse de su presencia porque cada vez que aparece todo lo demás te la trae al pairo.
Pues eso, Eloy De la Iglesia firma un thriller criminal donde el hasta entonces galán del cine español Vicente Parra mata, como siempre, con la mirada y, por primera vez, echando mano de gore, jazz y pasodobles taurinos.
Los 70 eran así, oiga.
antonio lopez herraiz
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