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Voto de antonio lopez herraiz:
8
Acción Gino Felino (Steven Seagal) es un detective de policía de Brooklyn, que un día recibe una llamada comunicándole que su mejor amigo Bobby Lupo (Joe Spataro) ha sido asesinado, a plena luz del día, en la calle y delante de su esposa e hijos, por el capo mafioso Richie Madano (William Forsythe), enemigo de ambos desde su juventud. Gino emprenderá una furiosa caza de Madano, que campa descontrolado por la ciudad. (FILMAFFINITY)
12 de agosto de 2023
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steven Seagal es un detective de policía de Nueva York -Brooklyn, para más señas- con un nombre chachi -¡Gino Felino!-. Lo de siempre. Un viejo amigo y compañero de Gino de nombre igualmente chanante -¡Bobby Lupo!-, muy italoamericano, muy de su familia, es violentamente asesinado por un capo mafioso que campa a sus anchas por el barrio, un tal Richi Madano (lo que he dicho antes) con la jeta amodorrada de William Forsythe, como narcotraficante y ex colega de infancia de Gino en las calles donde se criaron siendo los dos aspirantes a delincuentes, pero...
"¡Ahora toma drogas! ¡ha perdido el control!"
Nada que el autor de las más recientes, y alejadas, 'Best Seller' o 'Encerrado' no hubiese tanteado ya en policiacos con venganza y batallas contra organizaciones criminales en 'Organización criminal', 'El ex-preso de Corea' o 'Desafío' o desconociese a nivel genérico.
Nada que Steven Seagal no llevase haciendo tras apenas un lustro de carrera dedicándose casi exclusivamente a limpiar los barrios, sacar la basura y vengarse de los atentados "intrafamiliares". Y eso que ésta fue la última cinta policial de Seagal antes de pegarse un lustro coqueteando con la acción mainstream y superproducciones en las que le creció progresivamente el abdomen (o siendo justos, eso empezó a pasar aquí).
Puede que Stevie fuese ya tan consciente de que llevaba varios años haciendo la misma película que decidió, como poco, experimentar con un nuevo look por si lo del cine no funcionaba y surgía la oportunidad de opositar a ser un samoano haikidoka con boina y chaleco despechado con los Village People.
Gina Gershon, en su etapa más asidua al thriller de mamporreros y tipos duros, deja que Steve le dedique algún que otro piropo:
"No puedo creerme que aún seas capaz de comer con esa boca"
Por lo demás es todo lo mismo -tal vez con mayor solidez dramática en el guión de David Lee Henry ('Roadhouse Blues')- en el final de la etapa más temprana (y destapada) en que Seagal aún demostraba igual interés en actuar que en balancear las manos... ¡y el resto de las articulaciones!
Y sin ánimo de provocar un shock a quien no haya visto o no recuerde 'Buscando justicia': en ésta Seagal adopta a un cachorrito y llora tres segundos. O puede que dos.
Mejor de lo que parece.
antonio lopez herraiz
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