Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonio lopez herraiz:
7
Terror Con un enorme huracán de categoría 5 descargando sobre Florida, la joven Haley (Kaya Scodelario) desoye las órdenes de evacuación para buscar a su padre (Barry Pepper), que ha desaparecido. Tras encontrarle herido en el entresuelo de su casa, los dos quedan atrapados acechados por enormes caimanes y por una inundación que cubre rápidamente el terreno. (FILMAFFINITY)
24 de agosto de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo de mezclar una cinta sobre catástrofes naturales con otro nuevo ejemplo del subgénero terrorífico protagonizado por reptiles sanguinarios y hambrientos parece la excusa idónea para fabricar un entretenido, cutre y barato juguete veraniego, de esos que se estrenan en la cartelera entre los meses de junio y agosto. O a través de SyFy Channel en cualquier periodo del año. O dicho de otra forma: ¿qué pasaría si 'Lo imposible' (2012, Juan Antonio Bayona) se hubiera parecido un poco más a 'Mandíbulas' (1999, Steve Miner) y sus secuelas? Tanto el director Alexandre Aja como el productor Sam Raimi pueden aseverar que los dos han transitado antes por terrenos más resbaladizos en sus respectivas carreras, teniendo ya experiencia el director galo en trabajar, codo con codo, con otro sagrado (y difunto) buque insignia del género coetáneo a Raimi -un tal Wes Craven, en el remake de 'Las colinas tienen ojos'- o, tomándoselo un poco más a chufla, reversionando a Joe Dante en 'Piraña 3D' (2010), otro clásico inmortal de la fórmula con depredadores acuáticos y un pelín cabroncetes. Lo que sí parece evidente es que los mejores trabajos de Aja en Hollywood son los que ha abordado bajo el mecenazgo de dos de sus mentores. Los guiños más obvios a Raimi en 'Infierno bajo el agua' son la predisposición a utilizar los sótanos como una cámara de los horrores y el toque 'creepy vintage' al rematar los títulos de crédito finales con un añejo tema musical. No hace falta estrujarse mucho el cerebro para adivinar cuál.
Alexandre Aja prescinde de toda concesión al humor macabro, cediendo todo el espacio -tras la debida presentación de sus personajes- a un acrecentado grado de tensión y terror que, aderezado por generosas dosis de casquería, se erige en un espectáculo guiñolesco, salvaje y deliciosamente sangriento.
antonio lopez herraiz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow