Dirigida por el actor William Conrad (el célebre "Cannon") estamos ante una peli de esas que a mí me cuesta valorar. No está mal, pero tampoco está bien. Thriller o intriga con toques de negro y rollo psicoanalítico que era más típico del cine de algunos años antes, tiene momentos interesantes pero para mí flojea de ritmo y de garra, empieza bien (incluso muy bien) pero es como si se fuera deshinchando poco a poco y llega a hacerse pelín larga. Tampoco las actuaciones son para morirse, aunque Jeffrey Hunter no está mal en un papel francamente jodido. Tiene alguna escena muy interesante, como la de los disparos, o el esfuerzo que hace para intentar profundizar en el universo de la locura, pero luego tiene momentos mucho más flojos.