Película británica de Joseph Losey, que no está mal, aunque quizá con el 6 me haya pasado un poco. Me gusta esa banda sonora de jazz permanente y ese toque de crítica al ambiente carcelario de la época, lleno de corruptelas (como siempre, vamos). Los personajes de la cárcel están bien dibujados, no tanto los de fuera, especialmente las mujeres, que quedan un poco como objetos decorativos. Y hay momentos, como el robo, que resultan un poco endebles. Stanley Baker cuadra bastante bien en su papel de criminal duro, aunque con punto noble, acompañado por el personaje siniestro de Sam Wanamaker, actor estadounidense que desarrolló gran parte de su carrera en Inglaterra tras ser incluido en la lista negra.

En resumen, se deja ver y tiene sus puntos, pero no es ni mucho menos una gran película.