La película comienza bien y promete una buena historia, pero se va cayendo a medida que avanza el metraje. Dotada de la rareza que tienen la mayoría de películas asiáticas, esta mezcla una historia de samuráis y venganza con el humor y números musicales, cosa que no entiendo y sobra completamente en mi opinión.

Por otro lado, las interpretaciones, el guion y las peleas (los oponentes apenas ofrecen resistencia) y el uso de la sangre dejan mucho que desear. Un film de espadachines, ni más ni menos, que cuenta una historia de venganza, nada más.