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España España · Madrid
Voto de Eduargil:
7
Drama En una reunión con su banquero, el dueño de un pequeño negocio, que se gana la vida conduciendo un taxi, descubre que tiene que pagar un soborno para obtener un préstamo. El comité que revisó su queja de extorsión ahora quiere cobrárselo. Fuera de sus casillas, dispara al banquero y se dispara a sí mismo. El incidente causa revuelo a nivel nacional, cuestionando el desencanto de la sociedad. Mientras tanto, seis taxistas y sus pasajeros ... [+]
9 de diciembre de 2017
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Destinos dirigida por Stephan Komandarev (“El Juicio“, “El mundo es grande y la felicidad está a la vuelta de la esquina“) es la primera película búlgara en llegar a la lista final de candidatas a los Oscar de la Academia de Hollywood como Mejor Película de Lengua Extranjera, además de estar seleccionada por el Festival de Cine de Cannes para competir en la sección “Un Rertain Regard” y obtener el premio al Mejor Guion en la Sección Oficial del Festival internacional de Cine de Gijón. Destinos nos ofrece un análisis social de la realidad de Bulgaria a través de diferentes historias entrelazadas que suceden en torno a cinco taxistas y sus pasajeros en una fría noche.

Antes de la aparición del título de la película se presenta Misho (Vassil Vassilev), un individuo que se enfrenta a un agente de ejecución (Ivan Barnev) que tiene la intención de embargar sus bienes. Misho está endeudado, es un pequeño empresario que además trabaja como taxista para llegar a final de mes y pagar sus deudas, y espera reunirse con Popov (Georgi Kadurin), un banquero que supuestamente le concederá un préstamo mediante un soborno. Sin embargo, la cita no es como esperaba y el banquero exige el doble de la cantidad solicitada inicialmente, algo que provoca la desesperación y la ira de Misho. Como resultado, toma un arma de la guantera de su coche, dispara contra el banquero corrupto y luego intenta suicidarse.

Este prologo de unos quince minutos aproximadamente será el punto de partida de Destinos. Esa misma noche, la tragedia se convierte en un símbolo de desesperación de la sociedad civil y provoca un debate nacional en todas las emisoras de radio. En concreto, es el tema central de los comentarios que realizan los oyentes en sus llamadas a la emisora de radio escuchada por los taxistas. El suceso será un pretexto para que los oyentes opinen y critiquen la situación del país envuelto en una fuerte crisis financiera y con un extenso índice de corrupción enquistado en la sociedad búlgara.

Destinos hace una descripción de la sociedad, la economía, la política y la cultura búlgara a partir de la relación entre cinco taxistas y sus pasajeros, cinco historias cortas entrelazadas e interconectadas en una fría noche en la ciudad búlgara de Sofía. Un viaje a la oscuridad de la ciudad donde Stephan Komandarev da vida a una muestra representativa de la sociedad búlgara más sombría, entre sobornos, chantajes, dobles caras y atrocidades de todo tipo. Destinos realiza un retrato de un país preso de sus contradicciones y paradojas, con ganas de liberarse de un pasado comunista muchas veces traumático, pero sin una dirección, ni una identidad concreta para desarrollar un futuro próspero.

Se nos presenta un país sumido en una profunda crisis donde es habitual encontrarse con empresarios, profesores, músicos, e incluso sacerdotes realizar otra actividad paralela, como conducir un taxi, para conseguir un ingreso complementario que les permita sobrevivir, pagar facturas y llegar a fin de mes. Destinos es una película oscura sobre una austera Bulgaria donde la corrupción carcome a la policía, a la justicia, al Estado y deja a la población civil indefensa y desprotegida. Un país donde la población más que vivir sobrevive, más cuando no intenta simplemente huir y emigrar para tener un futuro mejor.

Stephan Komandarev va más allá de lo social y lo político para hablar de la hipocresía, los sueños rotos y la pérdida de toda una generación. Sin embargo, en este contexto de precariedad existencial generalizada, el director ofrece un soplo de esperanza a través de uno de sus personajes, un pasajero cirujano a punto de emigrar, durante el trayecto al hospital donde realizará su última intervención. El médico manifiesta al taxista que solo los optimistas permanecen en Bulgaria porque los pesimistas y mas realistas ya han abandonado el país.

Destinos es un Retrato mordaz y muy humano de una sociedad en declive, filmado con la cámara la mayor parte del tiempo en el interior de los taxis, narrada de forma casi documental empleando la menor cantidad de tomas posibles, e inclusive algunos episodios en una sola toma. La película se hace muy entretenida porque pasa muy rápida, y en este ambiente turbio y opaco, Stephan Komandarev introduce de informa ingeniosa y sutil algunos momentos cómicos y tiernos.

https://cinemagavia.es/destinos-posoki-pelicula-critica-2/
Eduargil
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